Documento de principios y objetivos políticos de la campaña ¿Quién debe a quién?
Constatamos que el pago de la Deuda Externa se cobra diariamente la muerte de personas y es una de las causas de la violencia estructural y de la agresión sistemática contra los Derechos Humanos de la mayor parte de la población mundial.
Estamos convencidos que no solo es injusto extraer pagos de “deuda” de los pueblos del Sur generando impactos destructivos sobre las vidas, comunidades, economías y el medio ambiente, sino que las “deudas” que se reclaman del Sur son ilegítimas y no deben ser pagadas. Planteamos además que los pueblos del Sur son de hecho los acreedores de incalculables deudas históricas, sociales, económicas y ecológicas, adeudadas por nosotros y nuestro modelo de consumo.
Constatamos que los países industrializados, entre ellos el Estado español, han generado una Deuda Ecológica la cual tiene importantes impactos sociales y medioambientales, cambia el clima, impide la soberanía alimentaría, contamina el aire, el agua y el suelo, provoca enfermedades poniendo en peligro, de forma grave, la salud pública y compromete seriamente la supervivencia del planeta y de las futuras generaciones.
Por todo ello la campaña se compromete a:
1. Luchar por unas políticas necesarias para abolir la deuda externa y para prohibir cualquier política económica que tenga repercusiones negativas sobre otros países, y que ponga en peligro la vida de los ciudadanos o impida la satisfacción de sus necesidades básicas (soberanía alimentaría, educación, salud, vivienda digna, agua potable, soberanía cultural, medio ambiente sano, etc.).
2. Fomentar la participación ciudadana, tanto en el Norte como en el Sur, y trasladar la idea de corresponsabilidad, tanto en las causas de la deuda externa, como en la búsqueda de soluciones para su abolición.
3. Denunciar la ilegitimidad de la deuda externa y la perversión de los mecanismo de generación de nuevas “deudas”. Una deuda es ilegítima cuando un préstamo se concedió a gobiernos dictatoriales o corruptos, sin consultar a sus poblaciones, cuando los préstamos se destinaron a proyectos nocivos social- y ambientalmente, a la compra de armamento o al fortalecimiento de los mecanismos estatales de represión, se desviaron a cuentas personales en países del Norte y paraísos fiscales, o cuando la “deuda” es utilizada como instrumento de saqueo permanente del Sur y como medio de presión para imponer políticas neoliberales que lo mantiene encerrado en un ciclo de dependencia y de más deuda externa.
4. Exigir al gobierno, mediante presión política, la realización de auditorías públicas e integrales sobre la legitimidad de la deuda bilateral, la anulación de la deuda ilegítima y la desaparición de los mecanismos que la generan. Demandamos la supresión del apoyo público a las actividades de empresas transnacionales españolas.
5. Promover un debate social y político en torno a las consecuencias de la deuda ecológica adquirida con los países empobrecidos, pedir su reconocimiento - lo que implica pedir públicamente perdón por los daños y perjuicios causados -, establecer mecanismos para su restitución y aplicar políticas que eviten su generación.
6. Reclamar la derogación de todas aquellas políticas públicas que fomentan un modelo de producción, transporte y consumo, que provocan el Cambio Climático y son dependientes de la importación de energías no renovables o la utilización de espacios ambientales fuera de nuestro territorio.
7. Construir redes sociales fuertes, autónomas y que trabajen por la participación y la satisfacción de necesidades de la ciudadanía. Ésta la base para una genuina y eficaz solidaridad y alianza global en nuestras luchas comunes por transformar el desorden económico internacional.
Como campaña ¿Quién debe a quién? nos identificamos con las movilizaciones sociales en todo el planeta que están marcadas por el rechazo a los valores económicos y políticos globalizados así como a las consecuencias derivadas del modelo de la globalización capitalista. Nos negamos a creer el discurso acerca de los “enormes beneficios que el libre mercado, la competencia y las inversiones otorgarán a los pobres”.
Reafirmamos como movimientos sociales la voluntad de fortalecer la solidaridad, la cooperación y la coordinación en todas las luchas conjuntas en contra de la Deuda Externa y la Deuda Ecológica, frente al poder de las corporaciones transnacionales, contra las políticas neoliberales y la guerra, y por la defensa y profundización de las conquistas sociales y políticas para alcanzar otro mundo posible, justo, equitativo, antipatriarcal y en paz con el planeta.