El porcentaje de la deuda pública en relación con el PIB apenas superaba en España el 50% al finalizar 2009, frente al 115% de Grecia e Italia, el 85% de Reino Unido... o el 73 y 78% de Alemania y Francia. La deuda pública se había recortado al 36% del PIB en 2007. Déficit de medalla... Y hoy... hay que seguir diciendo que ni la deuda pública ni el déficit público son la “causa” de nuestros problemas, sino el indicador de la ineficiencia del modelo económico. Más importancia tiene quizás el déficit de balanza comercial por ser estructural y acumulativo y no poder atajarlo con medidas de coyuntura (devaluación) por estar en el euro y, de ello, pocos hablan.

Es precisamente esa obsesión por ser alumnos aventajados de Maastricht, logrando estabilidad presupuestaria y bajo endeudamiento, el que agrava hoy nuestras perspectivas económicas, porque para lograrlo, los anteriores Gobiernos del PP siguieron la senda de los socialistas y terminaron de vender las “joyas de la corona” de la economía española, sus empresas públicas (Banca, comunicaciones, energía) y siguieron manteniendo el gasto público muy alejado del % de PIB de la UE.

No, no son nuestros problemas consecuencia de la deuda, a pesar de que la deuda haya crecido en este año hasta el 62,3%, sigue siendo un porcentaje muy razonable y que por si misma no debería presentar dudas a los mercados, otra cosa es la deuda privada cuatro veces superior, es ella la que lastra nuestra economía y, sobre todo, la “economía de riesgo” que nos ha caracterizado (en especial en PV) al centrar nuestra economía en los servicios y el mal llamado turismo residencial.

Esta es la debilidad que permite a los especuladores sembrar dudas y al gran capital financiero exigir “ajustes” y cobrar mayores intereses; es la deuda de las grandes empresas contraída para su “expansión exterior” y, más aún, la deuda de los bancos españoles con la banca europea (muy en especial alemana), una deuda contraída para financiar la deuda hipotecaría de la ciudadanía, empleada pagar unas viviendas sobrevaloradas por el desproporcionadamente altísimo coste del suelo. Un suelo encarecido por la especulación y del que solo unos pocos se han beneficiado muchísimo, en detrimento de los municipios que son quienes -como en el resto de Europa- debieron ser los receptores de las plusvalías generadas por el hecho administrativo de la recalificación de suelo.

Hoy esas plusvalías se han volatizado -quién sabe si en algún paraíso fiscal sabrán de ellas- pero la ciudadanía sigue debiendo sus hipotecas a la Banca y esta al capital financiero internacional y, por ello, el Gobierno se ha endeudado en 12 puntos más de PIB para “rescatar” la debilitada solvencia de esa temeraria banca que sobrevaloraba los bienes hipotecados porque también participaba de la “fiesta” de las plusvalías millonarias. Quizás pensaban como el Presidente Camps que “la fiesta no termina nunca” en este su cortijo o, como ha sucedido, que el tan denostado “papa estado” vendría en su ayuda, socializando las perdidas y repartiéndolas entre los ya altamente endeudados ciudadanos/as; es esto lo que ha elevado el déficit público al 11,5%. Eso es lo que puede preocupar a “los mercados”, el final de una economía basada en lo suntuario y la especulación, que deja una economía productiva paralizada y sin financiación, un capital externo que ya no entra con fluidez, junto a unos contribuyentes en declive (al parecer de algunos analistas, más en declive en su pago de impuestos que en sus ingresos). El fraude fiscal evaluado en un 23% del PIB parece estar creciendo con la crisis y superar los 240 mil millones).

Ni el Gobierno del Estado, ni menos aún el Consell de este País Valenciá paradigma de la situación descrita y “campeón” íntercomunitario del crecimiento de índices negativos, han querido reconocer los verdaderos problemas de nuestra economía y, menos, afrontarlos con una planificación de reconversión y redimensionamiento, lo que solo puede aumentar las dudas sobre la salida de esta crisis. Y eso independientemente de quién se pretenda que la pague.

Ese es el origen de la “desconfianza” y “volatilidad” de que habla el Conseller Rambla -en la que por cierto el PV esta a la cabeza y buena parte de “corresponsabilidad” le tocara- después de poner el acento donde no toca -la deuda pública- y decir del recorte de gasto anunciado que “es insuficiente” (luego ¿lo comparte?... Esquerra Unida no).

En Esquerra Unida pensamos (como titulo el economista Vicenç Navarro un artículo) que “el Gobierno se equivoca y el PP más”. Y somos generosos en la presunción de inocencia en la “equivocación”.

Pero, hablando ahora del Gobierno de Zapatero, un objetivo de reducción del déficit de 3 puntos de PIB anuales, en condiciones de práctica recesión y destrucción diaria de empleo, efectuada a costa de reducir masa salarial y gasto público, no ayudan a salir de la crisis y si a empeorar los sufrimientos de quienes más la padecen. La inquietud que manifiesta la ciudadanía por el empleo no se solventará con “recortes”, ni menos como apuntan algunos desde el PP facilitando el despido.

Hay otros caminos y, desde luego, no son los de las palabras vacías del Conseller “medidas claras”, “medidas eficaces”, “que solucionen los problemas”, palabras desideratun que serían lógicas en cualquier ciudadano, pero a las que un Conseller de “Industria, comercio e innovación” debe dotar de mayor concreción y contenido propositivo y no quedarse en la mera plegaria.

Aunque si le damos la razón en que las medidas “llegan tarde”(1). Reconoció tarde el Gobierno la Crisis, no afronto las causas reales de nuestra debilidad ante la crisis financiera mundial (en especial la de PV), y finalmente ha respondido con recetas neoliberales estrictas, que están en el origen del problema y no pueden formar parte de la solución. Luego hablaremos de medidas que sin afectar al gasto social pueden lograr más por el empleo y los ingresos públicos, y no me refiero solo a la NECESARIA reforma fiscal, que llegaría a notarse después de 2012 si se hiciera hoy, hay más urgencia. Aunque si adelantamos ahora, que resulta más que preocupante la facilidad con la que tantas voces salen a defender el recorte de 600 millones en Cooperación “y lucha contra la pobreza, sin acordarse de la obviedad de que el coste -por ejemplo- de mantener las tropas en Afganistán (también Líbano y Somalia) ya supera esa cifra (Y, ya puestos, podríamos llegar a “liberar” hasta cerca de 15 mil millones de varios capítulos militares). Es cierto que el Sr. Conseller Gerardo Camps, también menciona la “reforma fiscal”, pero mucho tememos que sea en sentido contrario al nuestro (2), y se asemeje más a la que padecimos en el último Presupuesto para 2010, que rebajo en 1600 millones la recaudación con “rebajas” en los tramos autonómicos de impuestos sobre los recortes ya efectuados por el Gobierno central, dejando nuestro corto presupuesto (escasos 16 mi millones frente a los 55 mil de Cataluña) mermado de ingresos y “comprometido” en gran parte en absorber “pérdidas acumuladas” de las mal gestionadas empresas de la Generalitat (Ferrocarriles de la GV, CACSA y sus sobrecostes, el agujero negro de CIEGSA, y la “joya” de RTVV, donde los ingresos por publicidad son una pequeña parte de lo que cuestan las nóminas).

La austeridad de gasto y empleo público, actuar solo sobre el gasto y no sobre el ingreso, para “ahorrar” falsamente unas cantidades que resultan ridículas en comparación con los fondos de rescate bancario aún operativos como el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), no son más que problemas añadidos a “la economía real”, que causarán padecimientos inútiles para la población más desfavorecida -por ejemplo a los ya maltratados “dependientes”, que aún no han visto reconocido “su derecho subjetivo” por irresponsabilidad del Consell, y ya les esta siendo arrebatado por responsabilidad del Gobierno Central- no por mucho que lo repitan los “neocom”, va a ser cierto que el gasto público “es elevado” en los países del sur europeo (Portugal, Grecia, España) -cuando en realidad su gasto es inferior a la media de la UE-15- como tampoco que “las rigideces del mercado laboral” son la causa de su paro; como no, para los neocon todo los males son fruto de unos “sindicatos excesivamente poderosos”.

Pero no, no es cierto, mejor dejen de escuchar a supuestos representantes de los empresarios que solo saben hundir sus empresas. Tal y como tenemos de estancada la economía y, cuando aún continuamos destruyendo empleo (“desacelerar” el ritmo de caída del empleo no es recuperar) las supuestas “medidas de ajuste” son una dificultad añadida a la recuperación económica, y agravaran las consecuencias de la crisis para quienes dependen de ese gasto para servicios esenciales que, cuando menos, tienen también ese “impacto económico” keynesiano del que se presumía hace poco para justificar la “aceleración” del plan de inversiones PEIT (Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte) que, por cierto, nadie cuestiona ahora que ha disminuido el tráfico en nuestras carreteras... ¿quién sería el valiente de cuestionar intereses de los grandes contratistas de “Obra Pública”?, de un Florentino Pérez o unas Koplowitz. Quienes tengan memoria o hemeroteca, que recuerden cuales han sido las consecuencias de los “ajustes” impuestos por el FMI a los países del Sur, o esa Crisis del 29 que tanto se menciona, pero de la que no se dicen las consecuencias que tuvo sobre la población el disminuir el gasto, y como la recuperación vino finalmente del gasto público y la emisión de deuda.

Los Bancos declaran beneficios ya importantes, la Bolsa esta bastante recuperada -con las alzas y bajas propias de los dientes de sierra de los especuladores- y, los únicos millonarios españoles que han salido de la lista de multimillonarios Forbes (y del País, rumbo al dorado Brasil) han sido los inmobiliarios recién llegados a esa lista con la burbuja especulativa, no los de siempre. En cambio, los ojos de los poderes económicos siguen brillando por salir “ellos” de la crisis, la que provocaron con “las desregulaciones”, y quieren aprovechar también “su” Crisis para salir con un sistema fiscal y un mercado laboral más beneficioso para ellos, con un Estado y unos sindicatos más debilitados y una Banca aún más concentrada e independizada del poder político. ¿Es eso innovación e imaginación?, I+D+i, evidentemente no, pero sobre todo es injusto, y millones de ciudadanas y ciudadanos nos opondremos firmemente.

(1) El Consejo de Ministros aprobó a mediados de agosto de 2008 un “amplio programa de reformas económicas”, en esa fecha estábamos en PV en un 11,59% de desempleo, superando la media del Estado que alcanzaba el 10,44%. Y con la preocupación de la rapidez en destrucción de empleo, que había sido de 2,87 puntos en un año. Hoy sabemos que no hay nada tan malo que no pueda empeorar.

(2) Retroceder las rebajas fiscales anteriores sería bueno para empezar. Impuesto para Patrimonios superiores al millón de euros = 2.200 millones/año; IRPF de rentas superiores a 8000 euros mes al 50% = 2.900 millones (estuvo al 55% y hoy al 43%); Impuesto de Sociedades a las empresas de más de 1000 millones al 35% 2.500 m. Hacer que las SICAV coticen “algo” más, por ejemplo ¿un 10%? -el nivel de fiscalidad polones- nos aportaría 2000 millones. Recuperar parte de los 241 mil millones de bolsa de fraude... no tiene precio, pero si debería ser al menos un objetivo cuantificado y anualizado.